Castelo (Brasil), septiembre de 2025 — Con el corazón puesto en lo más alto y la bandera ecuatoriana flameando en el aire, José Barrera Marquina hizo historia al convertirse en el único representante nacional en el Campeonato Mundial de Parapente FAI 2025, disputado en Castelo, Brasil, del 30 de agosto al 13 de septiembre.
Del ranking nacional a la élite mundial
Clasificar a un Mundial de Parapente es uno de los retos más exigentes del deporte aéreo. El sistema de acceso se basa en el ranking de la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), donde los pilotos deben sumar puntos en competencias nacionales e internacionales de máximo nivel.
Ecuador obtuvo tres plazas oficiales para Castelo: José Félix Barrera, Titos Morán y Daria Krasnova. Sin embargo, Morán no viajó por motivos personales y Krasnova no pudo asistir por falta de apoyo de la Federación Ecuatoriana de Deportes Aéreos. Así, Barrera se convirtió en el único ecuatoriano en la parrilla mundialista, afrontando con sacrificio personal el reto de costear su participación y representar al país en solitario.
José Barrera: pasión y perseverancia
Nacido en 1989 en Paute, Azuay, José Barrera es ingeniero comercial, magíster en marketing digital y un apasionado del parapente desde hace más de una década.
Tras un tiempo fuera de la escena competitiva, en 2024 retomó con fuerza los campeonatos. A comienzos de 2025 pasó de no figurar en el ranking a situarse en el top ten nacional, cerrando la clasificación al Mundial en el segundo puesto del ranking FAI Ecuador.
Más allá de los números, su vida combina competencia, familia y emprendimiento turístico, demostrando que el parapente puede ser un deporte de élite y una inspiración para otros.
Castelo: ocho mangas que pusieron a prueba a las águilas del aire
El Mundial se disputó en ocho mangas de cross-country, con recorridos de entre 59 y 75 kilómetros y condiciones extremas.
El evento reunió a más de 130 pilotos de élite, incluidos campeones mundiales como Baptiste Lambert, Maxime Pinot y Honorin Hamard (Francia), además de referentes como Marcelo Sánchez (España) y Juan Sebastián Ospina Restrepo (Colombia).
Para Barrera, debutante absoluto, fue entrar en un cielo lleno de “águilas” del aire, donde cada decisión y cada segundo contaban.
Momentos de gloria en Castelo
En una de las mangas más intensas, José logró mantenerse en el grupo de punta hasta el final, cruzando la meta apenas 1 minuto y 30 segundos detrás del primer lugar, quedando en puesto 28. Un resultado que refleja el nivel de estas competencias:
“Fue increíble, un día reventa, de esos que te confirman que sí puedes estar ahí arriba, entre los mejores del mundo”.
Hubo mangas con viento de 35 a 40 km/h, condiciones poco habituales para él. En esas jornadas, voló junto a pilotos locales como Luciano y Marcela Uchôa, priorizando la seguridad y la estrategia:
“Volar junto a los mejores del planeta ya era un triunfo. En vientos tan duros preferí no arriesgar más de la cuenta. Mi objetivo era regresar a casa con todo lo aprendido, para crecer y volver más fuerte”.
La última manga: un vuelo épico
La manga final fue, sin duda, la más memorable. Comenzó con techos bajos y condiciones frágiles, exigiendo rascar cada térmica. Con el paso de las horas, el cielo abrió y la velocidad aumentó, convirtiéndose en un sprint donde cada segundo era decisivo.
A 8 kilómetros de la meta, el día se enfrió y el viento en gol se convirtió en un filtro brutal. Grandes campeones comenzaron a caer: algunos aterrizaron a solo dos kilómetros de la línea, otros incluso dentro de la sección de speed.
José, con paciencia y determinación, esperó la última térmica moribunda, logrando cruzar la meta cuando muchos ya estaban en el suelo, alcanzando un brillante puesto 18:
“Fue una manga de pura cabeza y corazón. Ver cómo grandes pilotos quedaban cortos y yo lograba llegar, me confirmó que pertenezco a este nivel. Ese día entendí que los sueños también vuelan alto si se tiene la paciencia y el coraje de esperar la última térmica.”
Orgullo nacional y horizonte de futuro
Más allá de los resultados, la participación de José Barrera representa un hito histórico para el parapente ecuatoriano y para Azuay. Su debut mostró que, con disciplina, pasión y visión, Ecuador puede estar presente en la élite del deporte aéreo.
“Cada segundo cuenta en una carrera mundialista. Hoy sé que tengo mucho más para dar y que este es apenas el inicio de un camino más grande”.
Con su vuelo en Castelo, José Barrera no solo voló, sino que abrió un camino: el del parapente ecuatoriano en los cielos del mundo. Un ejemplo de perseverancia, estrategia y coraje para todos los pilotos que sueñan con elevarse más allá de los límites conocidos.